La Delegación de Igualdad y Asuntos Sociales del Ayuntamiento de San Roque, a través del Plan Municipal de Prevención de Drogodependencias, ha dado por finalizado los talleres impartidos en las autoescuelas del municipio, denominado “A volante 0% drogas”.
Los talleres, cuya finalidad era informar y sensibilizar sobre los efectos del alcohol y las drogas en la conducción, se han desarrollado durante el mes de abril en las autoescuelas del municipio.
El Alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix, aplaudió la idea, y felicito a la Delegación por el éxito del Taller.La teniente de alcalde de Igualdad y Asuntos Sociales, Mónica Córdoba, anunció que “dada su buena acogida entre los participantes, se van a ofertar de manera atemporal a las autoescuelas del municipio que lo soliciten”.
Córdoba expresaba que “con todo ello, acaba la primera parte de actuaciones que pretenden sensibilizar a la población acerca las alteraciones que producen las drogas en la conducción, además de las sanciones que pueden llegar a acarrear”.Adelantó la edil que “se llevarán a cabo otra serie de campañas con el fin de que los accidentes dejen de ser la primera causa de muerte entre los 15 y 24 años, teniendo lugar principalmente los fines de semana y estando el alcohol implicado entre el 45-50% de los accidentes mortales”.Por ello en el taller, a través del contenido teórico, se informó sobre las alteraciones que produce el consumo de sustancias en el organismo (sensación de euforia, somnolencia, fatiga, agresividad…) y cómo éstas afectan directamente a la conducción.
Todos los monitores de las autoescuelas coincidieron en que en los últimos años las preguntas de examen referentes al estado psicológico y estado emocional del conductor han aumentado hasta convertirse en el contenido central de las pruebas teóricas.Pero sin duda, lo que más impacto tuvo entre los alumnos fueron las pruebas prácticas que tuvieron que realizar con las gafas simuladoras de alcoholemia y cannabis.
Su lente especial permitió que experimentaran una simulación realista de la alteración visual que provocaría el consumo de estas drogas. Con estas actividades pudieron comprobar que lanzar y recibir una pelota, caminar sobre una línea recta en el suelo, introducir una llave, abrir un pestillo, etc…tras colocarse unas gafas simuladoras de alcohol a tasa de 1,3 g/l (unas 6 – 8 copas) u otras simuladoras de cannabis resultaban misión imposible. Incluso, igual que ocurre cuando se consume alcohol, las actuaciones entre los participantes diferían a pesar de usar la misma gafa simuladora, dejando evidencia que las características individuales de cada persona influyen a pesar de consumir la misma cantidad de sustancia.La edil mostró su agradecimiento a las Autoescuelas “Los Cañones” y “Santillana”, de San Roque, y “Rocha Dasu” y “David”, de Guadiaro, por su participación e implicación en estos talleres.