Un buen número de fieles se ha acercado hoy, domingo, a la Parroquia de Santa María La Coronada con motivo de la celebración del Corpus Christi. Debido a las limitaciones sanitarias establecidas para evitar la propagación de la Covid-19, los actos religiosos se han limitado a una misa en la iglesia y a la bendición del Santísimo en un altar montado en la Puerta de la Misericordia, que se abre a la Plaza de Armas. Hubo una alfombra de sal en el atrio, que da a la Plaza de la Iglesia.
Entre los asistentes se encontraban el alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, y la concejal de Tradiciones, María del Mar Collado, además del presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Juan Angulo, entre otros ediles de la corporación y responsables del mundo cofrade sanroqueño.
En su intervención ante los fieles, el párroco, José Manuel Sánchez Cote, lamentó que no pudiera celebrarse la tradicional procesión por las calles del Casco Histórico, aunque argumentó que la causa era más que justificada. Eso sí, hizo un llamamiento a los fieles al perdón entre hermanos en su día a día, base de la Iglesia Católica.
Tras la misa el párroco realizó la bendición, desde el altar montado en la Puerta de la Misericordia, a todos los fieles que se aglomeraron ante la misma en la plaza.